La emergente religión cristiana representó una novedad de gran transcendencia dentro de la cultura romana. El cristianismo aportó innovaciones tanto desde el punto de vista de la religión judía como desde la perspectiva de la tradición cultural grecorromana. Muy pronto surgieron diversos pensadores que reflexionaron acerca del cristianismo.

1.El surgimiento

El mensaje o “buena nueva” de Jesús de Nazaret fue interpretado como un intento de fundar una secta judía y de cumplir la promesa bíblica de un Mesías que salvase a su pueblo. Con la condena a muerte y crucifixión de Jesús, el Cristo, las autoridades judías y romanas querían evitar problemas religiosos y políticos. Nadie parecía ser consciente de la fuerza interna de un mensaje emancipador para los esclavos y los pobres, que, por otra parte, contenía una doctrina monoteísta que hacía reflexionar a los hombres de aspiraciones intelectuales elevadas.

Cincuenta años después del nacimiento de Cristo, el emperador Claudio todavía no distinguía entre judíos y cristianos. Fue Nerón quien captó la diferencia y, en el año 64, no acusó del incendio que había destruido buena parte de la ciudad de Roma a los judíos, sino a la minoría indefensa de los cristianos.

Las relaciones de los cristianos con el poder no siguieron siempre las mismas pautas. Muchas veces los emperadores fueron tolerantes con ellos; en otras ocasiones su religión fue prohibida y se condenó a los creyentes. A mediados del siglo III, durante la época de anarquía militar, se produjeron persecuciones generalizadas.

A medida que pasaba el tiempo y crecía el número de seguidores de Cristo, sus creencias comenzaron a inquietar a los emperadores. Los cristianos se oponían a muchos de los rasgos culturales que contribuían a configurar el apogeo de Roma. Por ejemplo, despreciaban las categorías sociales (un esclavo era considerado igual que un ser humano libre), rechazaban la vida militar y afirmaban que todos los seres humanos habían de amarse los unos a los otros. Estas creencias cristianas chocaban frontalmente con una sociedad que basaba gran parte de su poder político y económico en las conquistas bélicas y en el trabajo no remunerado de los esclavos. Sin embargo, la seguridad de las comunicaciones romanas y la falta de fronteras facilitaron la propagación del cristianismo.

2. Presupuestos cristianos.

Las creencias cristianas condujeron al cristianismo a una interpretación del mundo y del ser humano. Interpretación basada en:

*Ontología creacionista. El cristianismo introdujo una nueva interpretación de la totalidad de lo real al situar la causa eficiente y su principio ontológico en la acción amorosa y libre de Dios, que trasciende al mundo. El concepto de creación aparece como una nueva posibilidad para comprender el origen y sentido del universo, pues el interrogante aristotélico sigue siendo actual: algo eterno y necesario tiene que existir, ya que no es razonable que de la nada se origine el ser. Así, la lógica racional invita a buscar la razón suficiente por la cual hay algo y no más bien nada.

*Antropología de la libertad. La revelación cristiana implica una visión del ser humano como persona, con una vocación y un destino singulares que dependen de su responsabilidad individual. El ser humano queda excluido del determinismo moral y psíquico que caracterizó al mundo griego. La visión cristiana lo considera dueño de su destino, lejano a la condición trágica de la existencia y a la naturaleza no redimible del mal y liberado de los caprichos de dioses vengativos.

*Interpretación irreversible del tiempo y de la realidad. Frente al tiempo circular griego (eterno retorno), la revelación cristiana propone una visión irreversible de la historia y de la realidad. Para el cristianismo, el ser humano y su historia son originarios porque un acto singular y personal de Dios les dio origen; porque la biografía de cada uno es intransferible y porque su muerte es personal y definitiva.

*Sentido de la muerte. La muerte deja de pertenecer al ciclo de las reencarnaciones presente en los griegos. La muerte no es trance o realidad absurda: es el momento en que la vida se desvincula de su condición histórica y temporal para adquirir sentido “meta-histórico” y “meta- temporal”. La muerte se despoja así del aspecto trágico y absurdo para adquirir caracteres de expectativa y esperanza no explicables desde la temporalidad, pero plenamente justificables contando con la eternidad de Dios, todos ellos supuestos ajenos a la filosofía griega.

*Interpretación sociológica de la existencia. La doctrina cristiana insiste en vincular a los seres humanos entre sí en compromisos que abarcan desde lo familiar a lo social y político. El cristiano nace integrado en interacciones de fraternidad y sociabilidad en las que las relaciones no se regulan por la justicia, como en Grecia, sino por el deber de la práctica de la caridad o el amor, que sobrepasa las exigencias puramente distributivas.

3. ¿Filosofía cristiana?

El cristianismo no puede ser considerado filosofía porque no es una explicación de la realidad ni un tipo de sabiduría práctica. Sin embargo, incluye lo uno y lo otro y añade, además, un elemento nuevo que no estaba presente en la filosofía: una doctrina de la salvación. El objetivo de la filosofía, por su parte, es encontrar una explicación racional del mundo, y, para lograrlo, elabora un sistema de conceptos abstractos. El cristianismo, en cambio, es una religión revelada cuyo fin no es la comprensión del mundo, sino la salvación del ser humano. El cristianismo ofrece un camino hacia Dios que, más que comprendido, debe ser recorrido en la práctica.

A diferencia de la filosofía pagana, para la religión cristiana el sentido de la vida humana solo se explica en el plano sobrenatural, al igual que la salvación que propone Cristo. Así, los pensadores cristianos explican la existencia de una doble dimensión- natural y sobrenatural- a partir de la creación del mundo y del ser humano. Dios es el creador de todas las criaturas. En un primer momento, cada persona está dotada de alma y cuerpo de una manera natural; pero, para el cristianismo hubo, además, una segunda creación, ya que Dios no solo creó al hombre, sino que inmediatamente loe levó a la condición de hijo, haciéndolo partícipe de su naturaleza divina. Sin embargo, a causa del pecado original, el ser humano perdió la gracia, quedando así su naturaleza dañada. La doctrina cristiana sostiene que la redención del género humano se produjo mediante la muerte y resurrección de Jesucristo.

Del mismo modo que existen dos tipos de orden- natural y sobrenatural-, también hay dos modalidades de verdad: las verdades naturales y las sobrenaturales. Las primeras pueden ser alcanzadas por la razón de forma autónoma. Las verdades sobrenaturales o misterios de fe, sin embargo, exceden la capacidad natural de la razón, por lo que no podrían conocerse si Dios no las hubiera revelado. Hablamos, por ejemplo, del misterio de la Trinidad (Dios, que es uno, subsiste en tres personas distintas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo) o del misterio de la encarnación (Dios Hijo se hizo hombre para redimir a los seres humanos mediante su muerte en la cruz y su resurrección).

Las verdades sobrenaturales del cristianismo guardan relación con la intervención de Dios en la historia humana de dos modos diferentes:

-A través de la providencia. Decir que Dios es providente significa que se ocupa de los asuntos humanos. El Dios cristiano presenta un interés por el ser humano como no se ha dado anteriormente, ya que se plantea como Padre, mostrándose así más cercano de lo que nunca lo estuvo ninguna otra divinidad.

-A través de la encarnación. El interés de Dios por los asuntos humanos llega al punto de asumir la naturaleza humana e incorporarse a la historia. La idea de Dios hecho hombre, que constituye el núcleo mismo del cristianismo, resulta inadmisible para los filósofos griegos y, por ello, la criticaron insistentemente. Por otra parte, esta intervención divina cambió el sentido mismo de la historia, puesto que los pensadores griegos siempre mantuvieron una concepción cíclica del acontecer universal. La irrupción de Dios en el curso de los acontecimientos obligó a concebir la historia de un modo lineal, ya que pasa a tener un principio con la creación, un momento central con la llegada de Cristo al mundo, y una culminación con el Juicio Final.

4. Aportaciones del cristianismo al debate filosófico

El cristianismo introdujo en el debate filosófico cuatro grandes novedades:

*Monoteísmo. La filosofía griega no se planteó seriamente la cuestión de si Dios es uno o varios. Aquellos pensadores oscilaron entre el politeísmo, que estaba en la base de su cultura, y el monoteísmo al que apuntaban las doctrinas de Anaxágoras, platón y Aristóteles, entre otros. Para ellos, la unidad de lo divino convivía con una pluralidad de realidades ontológicamente superiores, como ocurre en el mundo platónico de las ideas. El cristianismo, sin embargo, difundió un monoteísmo sin concesiones. La idea de la existencia de un Dios único supuso la restricción del concepto de lo divino únicamente a ese Dios. Además, quedó claramente trazada la frontera entre la trascendencia y la inmanencia.

*Creacionismo. Desde sus inicios, la filosofía trató de explicar el origen del universo. En algunos de estos intentos, los filósofos habían sugerido la idea de una construcción del cosmos, pero siempre como la ordenación de una realidad que existía previamente. Para ellos, tenía que haber una materia originaria que experimentara un proceso de transformación, fruto del cual surgiría el mundo conocido. En contraposición, el cristianismo difundió la idea de que Dios creó el mundo de la nada (ex nihilo), sin valerse de ningún modelo preexistente ni de intermediarios. La creación es un acto de la voluntad divina por el que Dios, que es el ser supremo, otorga el ser a todo aquello que crea. De este modo, e cristianismo ofrece una solución al viejo problema filosófico de la relación entre lo uno y lo múltiple.

*Omnipotencia divina. Como creador del universo, Dios no está sometido a ninguna instancia superior. Las leyes que gobiernan el cosmos son una obra divina ajena a cualquier forma de determinismo. Estas ideas se enfrentan a los planteamientos básicos de la filosofía griega, puesto que, precisamente, la filosofía surge cuando los acontecimientos naturales pasan a ser explicados por medio de la necesidad natural en lugar de a través de la voluntad divina.

*Diferente actitud ante la verdad. Como religión revelada, el cristianismo se apoya en la idea de que sus doctrinas tienen origen divino y, consecuentemente, no son susceptibles de error. Para los primeros filósofos que entraron en contacto con esta religión, esta actitud suponía una ruptura de las reglas del juego. La historia de la filosofía ha sido un diálogo constante entre escuelas filosóficas que buscan conjuntamente la verdad desde la convicción de que ninguna la posee en exclusiva. El conocimiento humano es imperfecto y solo a través del diálogo podemos perfeccionarlo.

(AA.VV. Historia de la filosofía. 2 Bachillerato. Editorial SM Savia. Madrid.Francisco Ríos Pedraza. Historia de la Filosofía. Editorial Oxford. Madrid. 2023. Lorenzo Vallmajó Riera. Historia de la Filosofía 2. Editorial Edebé. Barcelona 2016)