Citas filosofía:

1 Sócrates, filósofo griego (470 a. C.-399 a. C.)

“Filosofía es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta”.

2 Ayn Rand, filósofa estadounidense (1905-1982)

«Para vivir el hombre debe actuar; para actuar, debe tomar decisiones; para tomar decisiones, debe definir un código de valores; para definir un código de valores debe saber qué es y dónde está. Necesita metafísica, epistemología y ética… Filosofía. No puede escapar de esta necesidad».

3 Jesús Mosterín, filósofo y antropólogo español (1941-2017)

«La filosofía mediocre no sirve para nada, pero la gran filosofía, en sus mejores momentos, contribuye a que vivamos con los ojos abiertos, tratando de darnos una cosmovisión racional y global que incorpore lo más fiable del saber de nuestro tiempo».

4 Adela Cortina, filósofa española, catedrática de Ética de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación Étnor (1947)

“La filosofía se ocupa de las preguntas que nos constituyen como seres humanos. Si dejáramos de planteárnoslas, perderíamos nuestra humanidad”.

5 Martha Nussbaum, filósofa estadounidense (1947)

“Las humanidades son fundamentales para la democracia. La filosofía aporta herramientas de pensamiento crítico que ayudan a cuestionar la tradición y la autoridad. La historia permite identificar nuestro lugar en el mundo en relación con otras culturas. El arte y la literatura estimulan la imaginación”.

6 Manuel Cruz, filósofo y político español, catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona (1951)

“No creo que la filosofía garantice la felicidad, pero sí garantiza una existencia más intensa. Enterarse, aunque se sufra, siempre es mejor que vivir en la inopia».

7 André Comte-Sponville, filósofo francés (1952)

“Filosofar no es un deber moral sino una necesidad. La vida es tan difícil que tenemos necesidad de utilizar nuestra inteligencia para vivir un poco mejor. A fin de cuentas, ¿qué es la filosofía? Es el esfuerzo por pensar, pensar mejor para vivir mejor. El amor a la sabiduría (la filosofía) consiste en intentar vivir de manera un poco menos estúpida, un poco más inteligente, para ser más felices”.

8 Michel Onfray, filósofo francés (1959)

“Una filosofía que no tiene una aplicación práctica es inútil. Esta es la enfermedad de la que, a día de hoy, la filosofía adolece, aquella que la ha vuelto lejana y la ha teñido de injustificada soledad”.

9 Carlos Fernández Liria, filósofo español, profesor de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid (1959)

“Desde cierto punto de vista, la filosofía no tiene ninguna utilidad especial en esta vida. Desde otro punto de vista, en cambio, si se pierde la filosofía, se pierde algo más importante que la vida misma: aquello que hace a la vida digna de ser vivida. Se puede vivir sin justicia, sin verdad y sin belleza. Pero la cuestión es si la vida sigue entonces mereciendo la pena”.

10 Marina Garcés, filósofa española, profesora de la Universitat Oberta de Cataluña (1973)

“La filosofía es un lenguaje fundamental para aprender a pensar de forma crítica. La filosofía no es útil o inútil, es necesaria».

11 Victoria Camps, filósofa española, catedrática emérita de Filosofía moral y política de la Universidad Autónoma de Barcelona (1941)

“El papel de la filosofía y de los filósofos en la sociedad de hoy es ayudar a hacer preguntas, plantear correctamente los problemas, dar razones de las decisiones que hay que tomar. En pocas palabras, ayudar a pensar”.

12 Darío Sztajnszrajber, filósofo argentino (1968)

“La filosofía como amor al saber es más amor que saber. O en todo caso es un amor que rompe todo contrato, acuerdo, ley. Todas figuras de un orden que se presenta como natural, normalizando una realidad que por infinita no puede tener centro, ni alambradas conceptuales, ni administración. No se puede administrar el deseo, o deja de ser deseo para ser aquello que creemos que es deseo y por ello suponemos que tiene resolución. Pero la filosofía no resuelve problemas, los crea. No formula preguntas para encontrar sus respuestas, sino que parte de las respuestas instituidas para desmontarlas con su batería de preguntas. En especial con su pregunta predilecta: ¿por qué? La pregunta infantil, la pregunta sin sentido. La pregunta por el porqué del porqué del porqué, y así al infinito para resquebrajar la idea de un orden de lo real, para resquebrajar”.

13 Emilio Lledó, profesor de Filosofía español (1927), en La filosofía hoy

“La filosofía fue fruto de una curiosidad de los seres humanos al tomar conciencia de que podían pensar el mundo y decirlo; al darse cuenta de que las palabras significaban cosas, ideas, sentimientos, deseos; una forma de amor por interpretar lo que vivíamos, por entender la historia, que consistía en ver y dar testimonio de lo visto (…). Y eran las preguntas más que las respuestas las que se deslizaban por el surco del tiempo (…) La filosofía hoy es siempre la misma: la iluminación que la sabiduría, la inteligencia y la ética, o sea, los ideales del hombre decente, del hombre real, sean capaces de llevar a cabo (…). La filosofía fue desde sus comienzos un apego, una tendencia, una amistad, por entender, por sentir. Una apertura hacia el futuro de la vida”.

14 Adela Cortina, filósofa española, catedrática de Ética de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación Étnor (1947)

“La filosofía es una necesidad. Toda sociedad que quiera ser culta y construir su vida de forma razonable debe recurrir a esta rama del conocimiento cuya tarea es saber cuáles son sus fundamentos y hacia dónde se encamina”.

15 Fina Birulés, filósofa española, profesora de Filosofía en la Universidad de Barcelona (1956)

“Hay quien ha dicho que la filosofía es el arte de formar, inventar, de fabricar conceptos; los conceptos son centros de vibraciones de nuestra red discursiva y la tarea de quien se dedica al pensamiento es tratar de despertar un concepto dormido, representarlo de nuevo en un escenario inédito. Pensar es salir del círculo trazado, interesarnos por lo no dicho, atrevernos a ir más allá y, con ello, descubrimos una de las formas de movernos libremente en el mundo. De nuestra capacidad de pensar, de valorar afirmativa o negativamente lo que ocurre, de especular sobre lo desconocido o lo incognoscible, dependen, en última instancia, los principios a partir de los cuales juzgamos o actuamos.

A la pregunta ¿para qué sirve el pensamiento filosófico? no cabe ya contestar con aquello de que su grandeza radica en el hecho de que no sirve para nada, porque esto sería una muestra de coquetería o directamente de mala fe. Quizás tratar de responder reflexivamente nos obliga a interrogarnos sobre el concepto de ‘utilidad’, su lugar en nuestras redes conceptuales y su estatuto de criterio único de valoración en nuestro mundo”.

16 Michael J. Sandel, filósofo estadounidense, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2018 (1953)

«Me dejé seducir por la filosofía y todavía no me he recuperado (…). Lo que me atrajo de la filosofía no fue su abstracción, sino su carácter ineludible y la luz que arroja sobre nuestra vida cotidiana. Entendida de esta manera, la filosofía pertenece no solo al aula, sino a la plaza pública, donde los ciudadanos deliberan sobre el bien común. Dondequiera que viajo siento un gran interés por el debate público sobre cuestiones importantes, preguntas sobre la justicia, la igualdad y la desigualdad, sobre la historia y la memoria, sobre lo que significa ser ciudadano».

17 Marina Garcés, filósofa española, profesora de la Universitat Oberta de Cataluña (1973), en Filosofía inacabada.

“La filosofía es la manía de algunos, que sin embargo necesariamente incumbe a todos (…). No es nada si se la aísla. No está encerrada en sus obras ni encapsulada en la oferta académica ni en el conjunto de profesiones que supuestamente se ocupan de la filosofía. Es una práctica de vida que desplaza los límites de lo que es visible y pensable en cada tiempo y para cada contexto histórico y social, a partir de la pregunta por una verdad que debe ser buscada con el pensamiento. No es una actividad gratuita u ociosa. Es un exceso, sí, y en este sentido un lujo, pero su exceso tiene que ver con un vacío y con un deseo: el de la imposibilidad de colmar de sentido y de orientación la existencia humana. De esa imposibilidad de unidad y de inmediatez emerge el deseo de una verdad que oriente a la vida, de un saber que a la vez sea capaz de proponer un modo de vida”.

18 Javier Gomá, filósofo español y director de la Fundación Juan March (1965)

“La ‘filosofía mundana’ es la que es capaz de decir algo al corazón de la persona que vive de una manera consciente, alguien con sensibilidad hacia el mundo, hacia el problema de nacer, morir, envejecer… Si no, no es Filosofía, sino Historia de la Filosofía, que es lo que encontramos bajo esa etiqueta en las facultades, en las librerías… y que está muy bien, pero no es Filosofía. Si tú pactas con la Filosofía, pactas con la emoción inherente en un Platón que se deja llevar por el Eros; en Descartes, cuya gran obra es una especie de cuento autobiográfico, o en Nietzsche o Heidegger, cuya emoción en Ser y Tiempo se siente en cada párrafo”.

19 Amelia Valcárcel, filósofa española, catedrática de Filosofía Moral y Política en la UNED, Universidad Nacional de Educación a Distancia (1950)

“La filosofía se produce siempre. Buena o mala. Es urgente ponerse a la altura de los tiempos puesto que ella misma no es otra cosa que el tiempo captado por el pensamiento (…). Aire y espacio para hablar: filosofar no es tarea de todos, pero es sin embargo un producto que se hace en común. Tiene que estar presente. La filosofía es gimnasia. Y danza. Necesita mucha práctica (…). El objetivo de la filosofía es algo más modesto que el objetivo clásico de comprenderlo todo. Podría ser entender la mayor parte de la realidad para hacerla accesible a la mayor cantidad de gente. Sin mentir”.

20 José Luis Pardo, filósofo español, catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid (1954)

“La sociedad siempre es vieja, la filosofía siempre es joven, me dijo el profesor Michel Serres hace unos cuantos años. Yo creo que sigue siendo así. Nuestra sociedad está cada vez más cansada, más envejecida ideológicamente, menos esperanzada, pero la filosofía está como nueva. (…) Si, con todo, la filosofía está más tranquila que otros en esta situación es porque nunca sirvió para ganar dinero, que es lo que hoy nos preocupa principalmente. Pero aunque haya gobiernos miopes, épocas miserables y hasta países entregados a la mezquindad creo que la filosofía saldrá de esta, como ha salido de otras peores”.